19.7.10

Tráfico

-Tienes un doble t-r?- preguntó V a Cla en el baño del segundo piso de su escuela. 
-Sí- respondió Cla- Cuántos quieres?
-sólo uno, estoy escasa, hay examenes y ya sabes...

Hicieron el cambio cuidándose de los prefectos, maestros y policías que resguardaban la seguridad de la escuela, y se marcharon saliendo una primero y luego la otra para no levantar sospechas.

Esta escena era común todos los días de clases. Poco a poco, el rumor de que Cla vendía aquel exquisito manjar que hacía más de un año prohibiera la dirección, se expandía por toda la población estudiantil. Pero Cla sabía que pronto esos rumores llegarían a oídos de alguien del personal de la escuela, si no es que al mismo director; por eso ella, pese al trabajo que le había costado elegir, estaba decidida a dejar de vender aquello tan prohibido.

Al siguiente lunes, estaba todo claro, sería el último día en que ella continuaría con su ilícito negocio, le diría a sus clientes que de favor pasaran la voz de que no volvería a vender nada; es mejor así, que ellos traigan sus propios suministros, pensó. pero para sur sorpresa, ese mismo día un cliente nuevo entró al baño, no era uno cualquiera, no, era uno muy especial, se trataba de la subdirectora.

Quiero cinco PS's- dijo- ¿Perdón? no sé de que esté hablando Srita. Hannah- respondió Cla. No te hagas, sé muy bien lo que vendes, así que dámelas...- un silencio invadió todo el lugar,y por fin Cla dijo- Sabe que no puedo hacer eso, ¿cómo sé que no es una trampa para "condenarme"? usted a ésto podría decirme que si quisieran atraparme sobornarían a alguno de los alumnos para que me delatara, pero ningún estudiante de ésta escuela aceptaría ni un 10 perfecto en sus calificaciones si ello significa perder la fuente de sus suministros, de eso estoy segura; además si alguien lo llegase a pensar, sabe que si lo hiciera tendría a más de 500 estudiantes en su contra haciéndole la vida imposible en la escuela. No Srita. Hannah, no puedo darle lo que usted me pide.

La subdirectora pensó un momento lo que Cla acababa de decir, el ambiente se tornaba más pesado con cada silencio que había entre la conversación. Por fin, la subdirectora interrumpió sus pensamientos y rompió el silencio que ahora se gestaba diciendo- tienes razón, pensaba convencerte con esas palabras, pero veo que sería inútil que kas dijera ahora. Déjame decirte que eres muy inteligente y muy astuta, porque ya hemos intentado sobornar a más de la mitad de los alumnos prometiendo un 10 en todas sus materias durante todo el ciclo escolar completo, además de no levantarles ningún cargo en su expediente personal, pero todos se han negado diciendo que no valía tanto una declaración de esa magnitud- Cla escuchaba atentamente y con orgullo estas palabras mientras la subdirectora continuaba hablando- sin embargo, hoy no vengo con esa intención, sólo quiero que me vendas cinco paletas de sandía, lo cierto es que desde que lanzamos la prohibición de los dulces lo he asado muy mal. La subdirectora calló un instante, para continuar- te propongo un trato, tú me vendes dulces y te prometo que si llegaras a ser atrapada yo me encargo de borrar todos los cargos de tu expediente, ¿qué dices?

En la cara de Cla se dibujó una sonrisa perversa, pues sabía que ahora era inmune y podía hacer lo que ella quisiese. Si, ahora ella tenía poder.Sacó de su bolsa las codiciadas paletas y tomó el pago a cambio,

Así pasaron varias semanas, Cla hacía prácticamente lo que quería, pues nadie se atrevía a mencionar lo que sucedía en la escuela, pero había algo que aún mantenía a Cla alerta, y ese era el director, aquel que tenía el poder absoluto en toda la escuela, aquel que a pesar del pacto que Cla había hecho con la Srita. Hannah, podía suspenderla si chistar, o peor aún expulsarla.

Poco a poco, Cla comenzó a expandirse, tenía ya vendedores bajo su nombre, ella ya no tenía que vender en persona, cosa que la tranquilizaba, simplemente se encargaba de proveer a sus vendedores con los dulces y de recoger las ganancias y pagar.

Un día Cla llegó a la escuela y encontró a sus vendedores formados en el patio y cargando libros en las manos como si se tratasen de una balanza, y la subdirectora cuidando de ello, Cla corrió a exigirle a la subdirectora que los dejara en paz y la Srita, Hannah se rió y le dijo- pequeña Cla, todo fue un truco planeado por el director y por mi, primero me gané tu confianza y te dimos un poco de libertad, y ahora te atrapamos justo en tu apogeo. Cla sólo la vio con odio y resignación.

Más tarde en la oficina del director, Cla escuchaba desde afuera, esperando a sus padres, lo siguiente- su hija es un pésimo ejemplo para los demás alumnos, es corrupta y corrompe a los estudiantes, en ésta institución no se consentirá tal comportamiento, y...-la voz de director se tornó sombría y con un toque de maldad- de mi cuenta corre que ella no entre en ninguna otra escuela de prestigio.

Su madre rompió en llanto, y su padre amenazó al director diciendo- lo demandaré, y quedará tan hundido que no le alcanzará la vida para pagar por todo lo que ha hecho con una niña de tan sólo 12 años, y por haber prohibido los dulces en esta escuela. Los padres de Cla salieron y se fueron con su hija. El director tras la amenaza estaba tan pálido como un fantasma.

Cla estaba de vuelta en su querida escuela, sólo que ahora había algo diferente... El director y la subdirectora fueron destituidos de sus cargos y a causa de ello los dulces volvían a ser admitidos en la escuela. Cla ya no tendría que verse involucrada en ningún negocio ilícito. Y así el orden y la felicidad había vuelto a aquella escuela secundaria de prestigio.

12.7.10

Una carta...

Hola amor,

Se que debe ser extraño que después de tanto tiempo de no saber de mi te escriba ahora, y es que en realidad no puedo evitarlo, algo en mi interior mueve poco a poco mis manos, dibujando las letras que ahora tus ojos son capaces de leer. Lo que tengo que decirte es necesario que lo sepas, por eso lee con mucha atención los siguientes renglones.

Hace tiempo que tú y yo dejamos de salir, ya no nos vemos, y mucho menos hablamos... Pensé que me buscarías, veo que no es así, pero que esperaba? si también pensé que me amabas y... bueno, sabemos lo que pasó. Ingenuamente pensé que recibiría una disculpa, pero eso fue mi culpa por no entender que no sucederá.

Sin embargo, a pesar de todo es, te amo, y aún pienso en ti y en lo que tal vez te encuentres haciendo en ese momento. El otro día estuve a punto de tomar mi teléfono celular y de marcarte, decirte todo lo que te extraño y lo que mi cuerpo te desea...

Así de simple...

Sabes? el otro día soñé que llegabas a mi casa y al abrir la puerta me empujabas contra la pared y me empezabas a besar, primero despacio y poco a poco incrementabas la pasión en tus besos, después de un tiempo en el que tus labios no dejaban a mi boca emitir ni un sonido con la loca pasión que siempre te ha caracterizado, me tomabas y me llevabas directo a mi recámara y comenzabas a acariciarme sobre la ropa mientras continuabas deslizando tu boca por toda mi piel. Pronto, nos encontrábamos tendidos sobre la cama un al lado del otro, tu seguías acariciándome. A mi me faltaba la blusa y el pantalón, tú estabas en las mismas condiciones...

No faltó mucho para que esas prendar que aún cubrían diminutamente nuestros cuerpos desaparecieran, y fue así cuando comenzaste a hacerme el amor como nunca lo habíamos pensado y como siempre lo habíamos hecho, entrelazados, abrazados, al mismo ritmo, despacio, suave, fuerte, con dulzura, como dos locos, entre risas y besos, muy serios, de todas las formas imaginables y posibles.

Lo único que podía sentir era tu cuerpo contra el mío, y tu pelvis contra la mía moviéndose igual, a ti dentro de mi susurrando poemas sin palabras, ni rimas, sólo poemas que llenaban mi cuerpo de una sensación de inmensa felicidad por tenerte de nuevo conmigo. Así estuvimos durante mucho tiempo, casi amaneciendo nos tiramos uno junto al otro, a medio cubrir con las sábanas revueltas y al mismo cómplices de nuestro crimen pasional, del cual pocos entenderían la locura con la que nos amamos esa noche. Vimos el resplandeciente amanecer juntos, como lo hacíamos cuando estábamos juntos aún, y caí dormida entre tus brazos.

Al despertar, me di cuenta que no estabas y que en realidad había sido todo un sueño, y a pesar de la tristeza que me invadió, no pude evitar traer el recuerdo de aquella noche el resto del día.

Sé que nunca leerás esta carta y que este sueño no se volverá realidad, ya que así lo deseo, no te la enviaré y con mayor razón no te platicaré mi sueño, él sólo me pertenece a mi, y no quiero que eso, el último recuerdo hermoso que tengo de ti, se vea manchado por tu traición, por lo mucho que me lastimaste.

Y es así como me despido de ti, con un último recuerdo...

Deidhre

Seguidores